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Congruencia laboral y ética

  • Foto del escritor: Ana Sofía Ocampo Barousse
    Ana Sofía Ocampo Barousse
  • 26 feb 2020
  • 2 Min. de lectura

Últimamente he platicado mucho con colegas de trabajo sobre lo importante (y muchas veces frustrante) que es que la empresa donde trabajas o postulas realmente trabaje bajo los valores y ejes rectores que predica tener.


Cuando uno lee en las páginas de internet o Facebook sobre una empresa, a veces dice: “¡Wow! Sería increíble trabajar ahí, me late mucho lo que hacen y promueven”, solo que hay que recordar que, del dicho al hecho… hay un gran trecho, y justo es el caso de muchas.

Es curioso como las empresas exigen ponerte la camiseta, y esto implica que debes seguir los lineamientos, tu horario y todo lo que mediante tu contrato se está exigiendo, hasta ahí todo va bien, pero después viene el actuar y hablar de los valores de la empresa, ser un representante orgulloso de la marca. ¿Qué pasa cuando un empleado descubre que la realidad es muy diferente a lo que se predica?


Decir que en una empresa se trabaja para la integridad de los niños y que solo se busque vender un producto que no sirve y que hará, sin dudas, que la compañía supere el número de ventas mensuales; o que se hable de que se busca el bienestar y salud de los clientes, sin embargo, los trabajadores no están sanos porque las condiciones laborales les provocan estrés. Lo mismo pasa con las empresas que hablan de empleados con inteligencia emocional y los líderes carecen de ella al generar conflictos o insultar a los integrantes del equipo.

Es difícil que cualquier persona que trabaje en los casos anteriores se sienta a gusto o cómoda hablando de donde trabaja, para quién y mucho menos que lo recomiende. Sabemos que no es fácil establecer propósitos y que estos se cumplan al pie de la letra, mucho menos si es un emprendimiento que va comenzando, no obstante luchar porque estos se cumplan debería ser tan importante como cualquier otra acción de la empresa.


La ética, la moral y el sentido de responsabilidad juegan un papel primordial en ser congruentes y hacer congruencia con lo que se dice y se hace de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro. Los empleados deben tener sus principios bien claros y entender los de la empresa para a que trabajan, se desea que ambas partes vean las acciones del otro y se sientan a gusto con las mismas, no debería sugerir cambios drásticos en la manera de pensar y mucho menos incomodar a alguien mientras se encuentra uno ahí.


¡Busquemos la congruencia de nuestras acciones, junto con las de nuestros principios personales!

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Ana Sofía  

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